Sangre Verde: La desforestación
- La tala de árboles y la desforestación está provocando la destrucción de nuestros ecosistemas, son necesarias leyes más proteccionistas para seguir salvaguardando nuestra biodiversidad
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Tabla de contenidos
Tala de árboles y Ecosistemas
Este mismo año 2018 la ONU alertó de que se estaba disparando el comercio de madera ilegal procedente de América del Sur. Se calcula que el 30% de la madera que se comercializa en el mundo procede de talas ilegales y no reguladas que en ocasiones proceden de zonas protegidas o incluso forman parte de las especies en peligro de extinción.
Los motivos de la tala indiscriminada de madera en los bosques y selvas tropicales son fundamentalmente de carácter económico. Las grandes empresas madereras buscan más recursos y los habitantes locales que necesitan dinero y zonas de cultivo facilitan la explotación de estas zonas. Esta conjunción, junto con el tradicional hacer la vista gorda de gobiernos y de la sociedad en general, contribuye a la explotación ilegal y abusiva de las áreas forestales de nuestro planeta.
Esta deforestación masiva no sólo destruye árboles centenarios y en ocasiones especies en peligro de extinción, sino que también contribuye a que las zonas deforestadas y desprotegidas de su cobertura vegetal se deterioren rápidamente haciendo muy difícil la recuperación o la reforestación. Además, aunque las tierras se usen para cultivo, el suelo se empobrece rápidamente de forma que no pueden utilizarse de forma óptima durante mucho tiempo.
Las consecuencias finales son la pérdida de la biodiversidad, la deforestación y aumento de zonas áridas y la pérdida de riqueza cultural, el patrimonio y el medio de vida de muchos pueblos que habitan estas zonas, que terminan quedando en tierras empobrecidas y sin recursos.
La Comisión Europea publicó en 2003 el Plan de Acción para la Aplicación de leyes, gobernanza y comercio forestales (FLEGT), en el cual se propusieron medidas para enfrentarse a la tala ilegal en los bosques de todo el planeta. No obstante, aún hay mucho que hacer al respecto, pues muchos países no tienen tipificado como delito ni la tala ilegal ni el comercio de maderas procedentes de explotaciones ilegales. La concienciación social y la presión de las organizaciones ecologistas y de la sociedad en general se hacen cada vez más necesarias para que las leyes sean más proteccionistas y no continuemos con la destrucción de nuestros ecosistemas.
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