El caballo geriátrico. No lo olvides

El caballo geriátrico. No lo olvides

Cuidados del caballo mayor

 

La vida del caballo y su concepción como animal doméstico ha cambiado mucho en los últimos 100 años. Si bien sigue siendo un animal de trabajo en muchos lugares del planeta, en otras zonas en las cuales ya no se utiliza la tracción animal el caballo ha pasado a tener un trato diferente al que tradicionalmente se le daba.

 

Así pues, en menos de un siglo el caballo ha pasado de ser un animal de granja a un animal doméstico destinado al ocio y al deporte, e incluso en muchas ocasiones a convertirse en una mascota. Esto ha favorecido sin duda la presencia de caballos más mayores de lo que era habitual ver, presentándose una gran población de caballos geriátricos que, tras haber sido animales de concurso o de recreo, quedan “jubilados” en prados o paddocks.

 

Estos caballos, como cualquier animal de edad avanzada, van a estar sujetos a patologías propias de la edad y van a necesitar unas atenciones especiales. El cuidado de un caballo anciano se basa en el control de una serie de puntos relacionados con el manejo, la alimentación y la prevención veterinaria.

 

¿El manejo de un caballo geriátrico debería ser distinto al de un caballo adulto de edad media?

La respuesta es sí. Está claro que un caballo de edad avanzada será más delicado que uno joven, por eso será importante procurarle una actividad física adecuada a su edad o, en caso de que ya no realice actividad física en sí, será necesario que esté suelto en un espacio que le permita el ejercicio diario. No obstante, no deberíamos dejarlo expuesto a las inclemencias del tiempo, por lo que lo ideal sería poder estabularlo por la noche y en los momentos en los que el clima sea menos adecuado. También es muy importante que tenga compañía cuando esté suelto y que se relacione normalmente con otros caballos, pero hay que tener cuidado de que esas interacciones sean adecuadas y que no haya peleas ni competición por los recursos básicos como el agua o la comida.

 

En cuanto a la alimentación, no debemos olvidar que un caballo anciano seguramente tendrá problemas dentales y perderá dientes, por lo que tendremos que asegurarnos de que la comida que le proporcionamos la puede masticar y digerir adecuadamente. Además, sus requerimientos nutricionales no van a ser los mismos que en los caballos jóvenes, y sería interesante que, además de aportar un forraje básico de buena calidad, le ofreciéramos un pienso comercial especial para caballos de su edad o adaptado a sus necesidades. Si el caballo está suelto en un lugar con tierra o come del suelo, no estaría de más agregar de vez en cuando Psyllium para favorecer la eliminación de arena del aparato digestivo, y no debemos olvidar la necesidad de aportar correctores minerales y vitamínicos en caso de que el concentrado no esté equilibrado.

 

Sin duda, no podemos pasar por alto el tema de la prevención médico-veterinaria. Obviamente las revisiones dentales en busca de sarro, gingivitis y piezas dentales alteradas deben ser frecuentes. Pero, además, no debemos olvidar el limado de las posibles puntas que, sin duda, irán apareciendo erosionando la mucosa oral produciendo dolor y molestias en nuestro caballo. Las vacunaciones deben seguir realizándose, al igual que las desparasitaciones, pues no debemos olvidar que cualquier patología, por leve que sea, puede afectar más a estos animales mayores que se deterioran fácilmente, y luego les cuesta mucho recuperar peso y forma física.

 

Hay que tener en cuenta que los caballos geriátricos pueden padecer de artrosis, dolores musculares e incluso tener lesiones relacionadas con su anterior vida deportiva, por este motivo, si lo vemos dolorido habrá que comentarlo con el veterinario para buscar algún tipo de fisioterapia de mantenimiento o algún tratamiento para el dolor crónico en caso de que sea necesario.

 

El caballo geriátrico es muy habitual en nuestros establos. Seguro que es un animal que nos han proporcionado momentos muy felices, incluso puede que algunos éxitos deportivos. Es importante que en su vejez estemos preparados para atenderlo y que pueda disfrutar de esos años con una buena calidad de vida. No lo olvides.

 

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