La aventura de viajar con un gato
- ¿Necesitas consejos para viajar con gatos? Con esta guía aprenderás a llevar mejor los viajes con tu gato y seguro que acabas disfrutando de un momento tan bonito para los dos.
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Viajar con Gatos
Es probable que un simple trasportín sea el objeto que haga que tu adorable minino se transforme en una bestia temible. Si quieres algunos consejos para hacer más llevaderos los viajes con tu gato, sigue leyendo.
Los gatos se estresan con facilidad, en mayor o menor medida en función del animal en concreto. Por ello, ante un traslado o un viaje medianamente largo, debes preparar un entorno adecuado para que tu mascota se sienta segura y cómoda.
Lo primero, y quizá lo más importante, es familiarizar al animal con su trasportín. Puedes dejarlo en una zona visible, abierto, para que el gatito lo pueda inspeccionar siempre que quiera e incluso meterse dentro voluntariamente. Si se trata de un animal goloso, puedes probar a meterle alguna chuchería gatuna dentro.
No obstante, si ya ha tenido una experiencia poco agradable con este objeto, es recomendable limpiarlo con agua y jabón para eliminar los restos de feromonas asociadas a estrés. Si consigues que considere el trasportín como una limusina privada en lugar de una jaula tenebrosa, tienes mucho trabajo hecho.
El segundo paso es asegurarte de que tu minino se siente cómodo. Para ello, puedes utilizar diferentes sprays de feromonas específicas para gatos. Las feromonas son sustancias propias de cada especie que los animales emplean para comunicarse. Así, estos sprays están compuestos de elementos sintéticos que imitan las feromonas naturales del gato, transmitiendo sensaciones de calma y seguridad. Si tu gato lo pasa especialmente mal, consulta con tu veterinario de confianza acerca de otras opciones suplementarias para reducir el estrés durante los viajes.
Cuando tu gatito y su trasportín sean uña y carne llegará el momento de ponerse en marcha. Durante el trayecto, asegúrate de que el animal se encuentra bien en todo momento. Es muy aconsejable tapar el trasportín, respetando la ventilación, para que el felino no vea lo que ocurre a su alrededor. Así podemos evitar mareos al eliminar el estímulo visual del cambio de paisaje, tan rápido, que se aprecia a través de la ventanilla del coche. No obstante, recuerda que es conveniente que el animal ayune las seis horas anteriores al traslado.
Y aquí va un último consejo para los cat lovers: no fuerces a tu animal. Con un poco de tiempo y refuerzo positivo se pueden conseguir grandes avances. Sin embargo, si sometemos a nuestro bichito a elevados niveles de estrés, será muy difícil que no asocie los viajes con sensaciones malas. Como dicta el refrán: “la paciencia es la madre de todas las ciencias”.
Cristina Barrera Bazán
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